Cada mes recibes tu nómina, ves que el importe coincide con lo que esperabas, y listo. Pero, ¿sabes realmente qué significan todos los conceptos que aparecen en ese documento? Conocer cómo se estructura es clave para entender tu nómina, cuánto cobras, cuánto cotizas y cómo afectan los impuestos a tu salario.
En esta guía te explicamos de forma clara y sencilla cómo leer una nómina paso a paso, qué información contiene y por qué es importante conocerla bien.
¿Qué es una nómina y para qué sirve?
La nómina es el justificante oficial del salario que una empresa paga a un trabajador por sus servicios durante un periodo determinado. Además de detallar la cantidad que se percibe, también incluye las cotizaciones a la Seguridad Social y las retenciones fiscales que se aplican.
Más allá de ser un comprobante de pago, es un documento con valor legal que conviene conservar por si es necesario reclamar, hacer gestiones administrativas o presentar ante Hacienda o la Seguridad Social.
¿Cómo se compone una nómina?
Aunque puede variar ligeramente según el convenio o el formato utilizado, la mayoría de las nóminas se estructura en las siguientes secciones:
Datos identificativos
Esta parte incluye la información básica tanto del empleador como del empleado:
De la empresa: nombre legal, CIF, dirección fiscal y código de cotización en la Seguridad Social.
Del trabajador: nombre y apellidos, DNI o NIE, número de afiliación, categoría profesional, tipo de contrato, convenio aplicable y fecha de antigüedad.
También se especifica el periodo de liquidación, es decir, el mes al que corresponde ese pago.
Devengos: lo que generas
Los devengos son todos los importes que el trabajador ha generado durante el mes. Se dividen en dos grupos principales:
▸ Percepciones salariales
Son las cantidades que retribuyen directamente el trabajo realizado. Incluyen:
Salario base: lo pactado por contrato según la jornada y el convenio.
Complementos salariales: por antigüedad, productividad, turnicidad, horas extra, nocturnidad, etc.
Pagas extraordinarias: si se prorratean, aparecerán mensualmente.
▸ Percepciones no salariales
No forman parte del salario como tal y no cotizan a la Seguridad Social ni tributan en IRPF (salvo excepciones). Algunos ejemplos son:
Dietas y gastos de desplazamiento.
Indemnizaciones por despido o traslados.
Prestaciones o ayudas voluntarias.
La suma de los devengos (salariales + no salariales) representa el total bruto de la nómina.
Deducciones: lo que se descuenta
A ese salario bruto se le aplican ciertas deducciones obligatorias, que reducen el importe final que se percibe:
Contingencias comunes: cotización obligatoria para cubrir enfermedades, bajas médicas y jubilación (4,7% del salario).
Desempleo: contribución al sistema de prestaciones por paro (1,55% en contratos indefinidos, 1,6% en temporales).
Formación profesional: pequeña aportación para financiar la formación de trabajadores (0,1%).
Retención del IRPF: porcentaje que se adelanta a Hacienda según el sueldo y situación personal. No hay un tipo fijo: puede ir desde un 2% hasta más del 20%.
Otros descuentos: por ejemplo, anticipos, embargos, préstamos de empresa o cuotas sindicales, si los hubiera.
Neto o «líquido a percibir»
Después de restar las deducciones a los devengos, obtenemos el salario neto, es decir, el importe que realmente recibirás en tu cuenta bancaria. Este es el dato que más suele interesar al trabajador, pero no hay que quedarse solo con él: entender qué hay detrás te ayuda a saber cuánto se destina a impuestos y Seguridad Social, y cómo puedes optimizar tu situación.
Aportaciones de la empresa
Aunque no se resten de tu sueldo, algunas nóminas detallan también lo que la empresa paga a la Seguridad Social por ti. Estas cantidades forman parte de los costes laborales, no del salario neto, pero es importante conocerlas:
Cotización por contingencias comunes y profesionales (como accidentes laborales o enfermedades profesionales).
Desempleo y formación profesional, también asumidos por el empleador.
Fondo de Garantía Salarial (FOGASA): protege al trabajador en caso de insolvencia de la empresa.
¿Por qué es importante entender tu nómina?
Dominar la lectura de tu nómina no solo te permite controlar mejor tus finanzas. También:
Te ayuda a detectar errores o incongruencias en los pagos.
Te da herramientas para reclamar si algo no encaja con tu contrato.
Facilita la planificación de impuestos y la declaración de la renta.
Te permite saber cuánto cotizas y qué derechos estás generando (paro, jubilación, baja médica…).
¿Tienes dudas?
Las nóminas pueden parecer complicadas al principio, pero con una lectura detallada y asesoramiento adecuado, cualquier trabajador puede entenderlas. Si tienes dudas sobre tu situación laboral, tu contrato o cómo se está calculando tu salario, lo más aconsejable es acudir a un gestor administrativo.
Estos profesionales están especializados en la interpretación de documentación laboral y fiscal, y pueden ayudarte a resolver cualquier incidencia con garantías legales.