Un accidente en un entorno laboral es algo que puede ocurrirnos a cualquiera y en cualquier momento. Por eso, es recomendable conocer exactamente cuáles de ellos están considerados como accidentes laborales y, sobre todo, cómo habría que actuar para prevenirlos.
¿Qué es un accidente laboral?
Según la legislación, se considera que «un accidente de trabajo es toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena» (artículo 115 de la Ley General de la Seguridad Social).
Por tanto, un accidente laboral ocurre cuando el empleado está llevando a cabo una actividad laboral que produce una lesión de forma directa o indirecta a causa de dicho trabajo.
No obstante, hay que tener en cuenta que no necesariamente todos los accidentes laborales ocurren mientras el empleado se encuentra en su puesto de trabajo; por tanto, vamos a revisar uno por uno los diferentes tipos de accidentes que existen.
Tipos de accidentes laborales
En ocasiones, ni al empleado ni muchas veces siquiera a la empresa les queda claro si un accidente está recogido dentro de lo denominado como accidente laboral.
Vamos a repasar cuáles de ellos son los más comunes y las situaciones en las que suelen darse:
- En el lugar y jornada de trabajo: se produce cuando el empleado está realizando sus tareas habituales dentro de su tiempo de trabajo. Es el más frecuente de los accidentes laborales.
- In itinere: se produce cuando el empleado se desplaza desde su domicilio al trabajo o viceversa. Se incluyen todo tipos de desplazamientos: a pie y mediante transporte público y privado.
- De misión: se produce cuando el empleado debe acudir a realizar una actividad laboral en un entorno que no es el habitual.
- Durante una actividad sindical: se produce cuando el accidente ocurre mientras el empleado está realizando alguna función de carácter sindical o de camino a ella.
- Durante actividades distintas a las habituales: se produce cuando el empleado realiza tareas que no entran dentro de sus funciones habituales pero que han sido encomendadas por un superior.
- Actos de salvamento: se producen al intentar realizar una maniobra de salvamento, ya sea de forma voluntaria u ordenada por un superior. Están consideradas como accidentes laborales solo si están relacionadas con el trabajo.
- Por imprudencia de la empresa: se producen a causa de imprudencias o actuaciones por parte de otras personas de la empresa (superiores, compañeros de trabajos o personas vinculadas a la empresa).
- Enfermedades contraídas en el trabajo: producidas debido al trabajo que realiza el empleado. La enfermedad deber guarda una relación de causa — efecto con las labores desempeñadas.
- Enfermedades agravadas por el trabajo: producidas por una enfermedad ya existente del trabajador pero que se ve agraviada a causa de un accidente ocurrido en la empresa.
- Enfermedades producidas a consecuencia del trabajo: en casos de producirse un infarto, ictus o hemorragias cerebrales como consecuencia directa del trabajo desempeñado por el empleado.
¿Cómo pueden prevenirse?
Con el fin de evitar accidentes en el entorno laboral, es fundamental que las compañías implementen medidas de seguridad y faciliten información e instrucciones apropiadas a sus empleados. Esto garantizará que los trabajadores estén al tanto de los posibles riesgos asociados con sus tareas y sepan cómo mitigarlos.
A este respecto, la empresa debe evaluar previamente los posibles riesgos laborales a los que sus empleados se puedan ver expuestos y ayudar, tanto de forma colectiva como individual, a prevenirlos mediante el equipo necesario y una formación actualizada sobre prevención de riesgos laborales.
En este sentido, muchos empresarios optan por contratar empresas externas especializadas en riesgos laborales para implementar medidas de evaluación y prevención.

